Aunque el resultado no fue favorable, Brian Schottenheimer tuvo un debut destacable como entrenador en jefe de los Cowboys, a pesar de la derrota 24-20 ante los Eagles de Filadelfia. Dallas compitió de tú a tú con los campeones defensores y mostró señales alentadoras.
El partido comenzó de manera insólita: Jalen Carter, la estrella defensiva de Filadelfia, fue expulsado antes incluso de que se jugara una sola jugada ofensiva, tras escupir al mariscal de campo Dak Prescott durante una confrontación. Su salida fue un duro golpe para los Eagles y una oportunidad que los Cowboys aprovecharon.
Dallas anotó en sus cuatro primeras posesiones y terminó con 307 yardas ofensivas, contra 302 de Filadelfia. El ataque terrestre fue clave, sumando 115 yardas, incluyendo dos touchdowns de Javonte Williams. Sin embargo, Prescott fue el motor del equipo, completando un 61.8% de sus pases para 188 yardas en su regreso tras una lesión que lo dejó fuera toda la temporada pasada.
CeeDee Lamb logró con 110 yardas en 7 recepciones, y George Pickens, en su debut con Dallas, aportó 30 yardas. No obstante, el factor decisivo fue el quarterback rival, Jalen Hurts, quien si bien lanzó para solo 152 yardas, corrió para 62 y anotó dos touchdowns por tierra.
Desafortunadamente, en lo que respecta a la defensa de Dallas, el mariscal de campo de los Eagles, Jalen Hurts, fue la gran diferencia en el partido. Aunque solo lanzó para 152 yardas, logró evadir los intentos defensivos de los Cowboys corriendo para 62 yardas y anotando dos touchdowns.
Por supuesto, el coordinador defensivo Matt Eberflus sabía desde el inicio que tendría un reto importante al enfrentar al corredor Saquon Barkley, pero la defensa de Dallas logró contenerlo, limitándolo a solo un promedio de 3.3 yardas por acarreo y un total de 60 yardas terrestres. Además, los dos principales receptores de Filadelfia, A.J. Brown y DeVonta Smith, fueron prácticamente anulados, con apenas una recepción para 8 yardas y tres recepciones para 16 yardas, respectivamente.