Daniel Montes de Oca
6 de nov, 2025, 11:49 ET
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Pese a que no era una de las figuras del Barça, el rol del defensa la temporada pasada del triplete fue vital por su liderazgo y para implementar el sistema de Flick, con lo que hoy lo echan de menos.
Luego de firmar la mejor temporada de su carrera, el pasado 9 de agosto se anunció de forma sorpresiva que el defensa Íñigo Martínez dejaba al FC Barcelona para convertirse en fichaje del Al Nassr de Arabia Saudita y compañero de Cristiano Ronaldo.
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Con 34 años, el zaguero central optó por firmar el mejor contrato de su vida –económicamente hablando– y dejar de competir en la élite tras una campaña en la que el Barça ganó tres títulos (Supercopa de España, Copa del Rey y Liga).
Martínez fue fichado en julio de 2023 para convertirse en el decimosegundo defensa central que contrataba el conjunto azulgrana en una década, luego de una serie de apuestas fallidas para reforzar una posición en la que ha padecido desde la salida de Rafa Márquez y los posteriores retiros de Carles Puyol y Gerard Piqué.
Íñigo Martinez celebra tras ganar LaLiga con el Barcelona. AP
Con Xavi Hernández como técnico, Íñigo tuvo escasa participación y un rol absolutamente secundario; sin embargo, la llegada de Hansi Flick representó la oportunidad de demostrar que el club no se equivocó cuando puso los ojos en él.
Valiéndose de las lesiones y evidente baja de juego de Ronald Araújo, Martínez se apoderó de un sitio en la defensa central titular del Barcelona para conformar dupla con Pau Cubarsí, y no tardó en demostrar el liderazgo que ya se le conocía desde su época en el Athletic Club.
Íñigo fue la voz cantante para implementar el ‘achique’ que ordena Flick y que es uno de sus sellos como entrenador, orientó a su ‘pareja’, le transmitió experiencia y lo hizo madurar.
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El equipo culé tuvo suerte de no perder en su visita a Brujas.
Con base en entrega, en no escatimar una gota de sudor, en orgullo por portar los colores azulgrana y sobre todo por sus actuaciones determinantes tanto en su rol como zaguero y en algunas ocasiones sumado al ataque, Martínez se ganó al barcelonismo, por lo que su marcha tuvo cierta dosis de nostalgia.
Sin embargo, no se esperaba que la baja de un jugador veterano que si bien fue importante la temporada pasada, pesara como está sucediendo.
El equipo padece cada que ‘tira la línea’, pues es evidente que no hay coordinación ni mucho menos el liderazgo de un hombre que ordene a la defensa. No lo es Araújo con todo y que sea el capitán, tampoco Eric García que está convertido en un buen comodín y nada más, y por si fuera poco Cubarsí acusa un nivel muy por debajo de la calidad que ha demostrado.
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¿Echan de menos a Íñigo Martínez? Todo indica que sí, más allá de que con él el Barça también recibía muchos goles –que solía responder–. Hoy la defensa es el sector más endeble del club y Flick ya dejó en claro después del empate (3-3) ante el Brujas que no piensa cambiar su estilo de juego.
No era una pieza medular, pero sí necesaria para que el engranaje funcionara como lo hizo durante la campaña 2024-2025 que se selló con el Triplete local y con la sensación de que la Champions estuvo cerca.
El Barça no podrá aspirar a competir ante los ‘peces gordos’ de Europa sino corrige su mayor debilidad. El Brujas, un equipo de tercer escalón en el ‘Viejo Continente’ lo exhibió, y previamente lo hizo el PSG, el Sevilla y no se diga el Real Madrid.