No solo en una ventana de transferencias: Williams fue objetivo principal del Barcelona durante dos veranos. Antes de que comenzara la temporada, estuvo muy cerca de fichar por el club catalán tras acordar términos personales y un contrato de seis años, equipo que siempre había admirado. Sin embargo, el Athletic se mostró firme en retener a su joven talento más prometedor. La rivalidad fue tal que en algunos momentos los directivos intentaron bloquear la operación. Finalmente, la negociación llegó a un sorprendente punto muerto cuando el Barcelona rechazó una demanda de su agente, y el internacional español terminó firmando un contrato de 10 años con el equipo vasco.