Barcelona parece lejos de la versión sólida de la temporada pasada, aquella que conquistó Liga, Copa del Rey y Supercopa de España, y que incluso coqueteó con llegar a la final de la Champions League.
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El equipo de Hansi Flick, que en la última edición terminó segundo en la fase de liga —solo superado por Liverpool— vive ahora una realidad muy distinta: mermado por lesiones, con un funcionamiento intermitente y apenas dos victorias en cinco jornadas, además de dos derrotas duras. La primera, 1-2 en casa ante PSG; la última, un contundente 3-0 frente a Chelsea en Stamford Bridge. Una dura que se sufrió más porque el Barça llegaba a Londres tras endosar ocho goles en sus últimos dos partidos de LaLiga, incluido un convincente 4-0 ante el Athletic Club en su regreso al Camp Nou. Sin embargo, se volvió a derrumbar: fue superado en lo físico, en lo táctico y en lo mental.
Vuelve Pedri, vuelve la esperanza
Entre tantos golpes, una buena noticia: la recuperación de sus piezas clave. Pedri apunta a volver este sábado ante Alavés tras la lesión sufrida en el Clásico. Su ausencia dejó al equipo sin cerebro y expuso la irregularidad de sus alternativas: Dani Olmo no pudo asumir su rol, Frenkie de Jong tampoco ha sido el sostén esperado y Gavi —fuera hasta 2026— era el recambio natural que Flick no ha podido utilizar.
También han regresado Raphinha y Lewandowski, y el técnico alemán por fin podrá acercarse a alinear desde el inicio a su tridente soñado: Lamine Yamal, Raphinha y Lewandowski. Si esa primera línea ofensiva vuelve a encenderse, el salto competitivo podría ser inmediato.
A ello se suma Marcus Rashford, que venía a gran nivel antes de contagiarse de la irregularidad colectiva. La gran incógnita es Lamine Yamal: su pubalgia condicionó su explosión. Su evolución marcará buena parte del techo del Barça en esta Champions. Aunque Fermín López se volvió a lesionar y estará de baja por dos semanas, ha sido de lo mejor del equipo esta temporada, pero para lograr trascender en Europa se necesita más.
El talón de Aquiles: la defensa
La vuelta de Joan García ofrece algo de estabilidad bajo los palos, pero el verdadero problema está en la línea defensiva. Jules Koundé alterna rendimientos: cuando parece recuperar nivel, cae nuevamente.
La zaga sigue extrañando a Íñigo Martínez, y Pau Cubarsí no ha mostrado su mejor versión como central izquierdo. Ronald Araujo tampoco ha estado a la altura de lo prometido, repitiendo errores que vuelven a dejar al equipo expuesto. Por la izquierda, Alejandro Balde aporta velocidad y profundidad, pero sufre en la marca y en la lectura defensiva. Andreas Christensen, por su parte, ha estado más tiempo lesionado que disponible. Con tantas dudas, Flick ha recurrido incluso a Gerard Martín como central para intentar encontrar una dupla fiable, pero la solución sigue sin aparecer.
Eric García ha cumplido, pero su papel ha sido el de un recurso de emergencia, utilizado donde aparecen las bajas o los problemas de rendimiento.
Un horizonte menos oscuro… si el equipo se recompone
Siendo optimistas, lo peor para Barcelona podría haber pasado en materia de lesiones. Si Flick consigue recuperar a Pedri, reactivar su tridente ofensivo y, sobre todo, mejorar el rendimiento defensivo, el equipo aún tiene margen para competir.
Además, el calendario ayuda: los tres rivales restantes —Eintracht Frankfurt, Copenhague y Slavia Praga— son accesibles. Un pleno de victorias podría incluso colocarlo dentro de los ocho primeros. Pero más allá de la clasificación, el desafío inmediato de Flick es reconstruir el andamiaje futbolístico: recuperar a su cerebro, encender a sus atacantes y ordenar una última línea que hoy no transmite seguridad. Si logra esas tres tareas, el Barça volverá a ser candidato. Si no, quedará reducido a pelear únicamente LaLiga… con un Real Madrid tan irregular como él.