La incertidumbre sobre Flick surge principalmente de las actuaciones irregulares del Barcelona ante rivales de élite y sus dificultades en la fase de grupos de la Champions League, donde derrotas contundentes contra equipos como el Chelsea generaron preocupaciones sobre vulnerabilidades tácticas. Sin embargo, en LaLiga, el equipo lidera la tabla, con el ataque más potente de la división y victorias clave frente al Atlético de Madrid, Real Betis y Alavés. Estas señales mixtas hacen difícil determinar si el Barça está en pleno resurgimiento o simplemente se beneficia de un calendario favorable.
La identidad táctica de Flick —línea defensiva alta y agresiva combinada con transiciones rápidas— ha producido un fútbol ofensivo emocionante, pero ha dejado al equipo expuesto en partidos de alta tensión. Las lesiones de mediocampistas clave como Pedri y Frenkie de Jong complicaron aún más la situación, obligando a soluciones improvisadas y estructuras más arriesgadas. Su regreso gradual ha estabilizado al equipo, acercándolo al nivel que logró dominar la liga la temporada pasada.
La directiva considera que los problemas iniciales fueron más circunstanciales que estructurales, derivados de lesiones, bajones de forma y adaptación al estilo intenso de Flick. Con el equipo recuperando su forma y el entrenador ajustando alineaciones con flexibilidad, el optimismo en el club ha aumentado notablemente.