Jordi Blanco25 de may, 2025, 17:02 ET
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San Mamés, muy a su pesar, se tuvo que rendir ante el Barça campeón, que despidió la temporada de su triplete nacional con un triunfo solvente y merecido.
BARCELONA -- El Barça dijo adiós a la temporada con su victoria número 28 en LaLiga, conquistando el título en San Mamés, donde goleó (0-3) con doblete de Lewandowski y despedida con un penalti transformado por Dani Olmo para cerrar el curso a lo grande. Un campeón en mayúsculas, contra toda lógica y con un merecimiento indiscutible.
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Un campeón al que no le agobian los gritos, insultos y faltas varias de respeto que viene sufriendo los últimos años en Bilbao, donde buena parte de la hinchada del Athletic la tiene tomada con él en San Mamés, a cuenta de un 'Negreirato' cuyo relato es tan fácil de comprar mediáticamente como falso en ese fondo que le presenta como 'comprador de partidos'...
Pero al Barça, al barcelonismo, hace tiempo que no le gusta esa antipatía revenida en Bilbao, un lugar donde un defensa llamado Goicoechea lesionó con alevosía a Schuster dos años antes de que, en el propio Camp Nou, destrozase a Maradona. El Barça olvidó, con el paso de los años, aquella relación explosiva y hasta mostró cariño por un rival al que ha derrumbado habitualmente en las finales de Copa que les han enfrentado pero al que aplaudió, y homenajeó, cuando en 2015 le ganó en la Supercopa...
Robert Lewandowski festeja con sus compañeros uno de sus goles. Getty Images
Y después de que Iniesta se convirtiera en 'enemigo' de la afición del Athletic, ahora lo es, lo parece, todo el Barça en global, por lo que, cada victoria la saborea de forma especial. Y nada mejor que despedir una temporada histórica en San Mamés con victoria... Después de que el Athletic le hiciera el pasillo de honor.
Pitos de la hinchada, sonrisas... Y goles. Por si acaso, desde que hace ya meses se empezó a contemplar posible, factible y cercano el título de Liga comenzó a referirse la necesidad de llegar como campeón a Bilbao, por si acaso. Y así lo hizo. Así fue. Y, para redondear, la victoria.
Un Barça tan solvente como relajado, tan superior como tranquilo y que apenas necesito poco más de un cuarto de hora para sentenciar su victoria final, arrodillando a un Athletic sobrado de ánimo pero falto de respuesta. Doblete de Lewandowski, centenario goleador en azulgrana, y cierre perfecto, con la diana de Olmo, de una Liga que será recordada.
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El campeón superó los 100 goles (102) en LaLiga, por primera vez desde los 116 que marcó en la temporada 2016-17 bajo el mando de Luis Enrique, y se despidió con un total de 174 en 60 partidos oficiales, la tercera mejor marca de toda su historia, por detrás de los 190 de la temporada 2011-12 y los 175 de la 2014-15.
Tricampeón, sumando aquella soberbia Supercopa en que aplastó al Real Madrid en Arabia Saudita y la eléctrica Copa que conquistó en la prórroga, también contra el equipo de Carlo Ancelotti. Un Barça que ha enamorado con sus cinco Clásicos triunfales (contando el de la pretemporada en New Jersey) y su campaña para recordar.