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Barcelona: aciertos y errores en la segunda gestión de Joan Laporta

Jordi Blanco28 de may, 2025, 09:00 ET

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La segunda etapa de Laporta como presidente del Barcelona tiene puntos a destacar y otros que siembran dudas

BARCELONA -- Joan Laporta celebró el martes como si de un trofeo se tratara (puede decirse que es un éxito personal) la ampliación de contrato de Lamine Yamal hasta 2031, la última, de momento, gestión presidencial de esta segunda etapa al mando del Barcelona que comenzó en marzo de 2021 y en cuya balanza, a un año de acabar su gobernanza, mezclan aciertos y errores.

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Con la euforia desatada del triplete nacional conquistado por el Barcelona que dirige Hansi Flick puede decirse que los aciertos de Laporta superan a los errores, fracasos que ahora quedan en segundo plano del escenario.

Entre la salida intempestiva de Lionel Messi a las renuncias de no pocos altos cargos (directivos y ejecutivos) o la improvisación para salvar inscripciones sobre la campana y la crítica a su gestión económica, no puede decirse que el mandato de Laporta sea magnífico precisamente... Pero contemplar con frialdad todo lo sucedido y la actualidad del club invita a un análisis más optimista que pesimista en clave de futuro.

¿Lo más destacado? No es difícil de enumerar.

ACIERTO

Joan Laporta presenta a Hansi Flick como técnico del Barcelona Pablo Rodriguez/Quality Sport Images/Getty Images

El fichaje de Hansi Flick

Cuando se cumple un año desde la presentación oficial del germano como técnico del club queda totalmente de manifiesto que si por algo destaca Joan Laporta es por su elección en lo que a entrenadores se refiere.

En su primera etapa solo tuvo a dos (Rijkaard y Guardiola), eligiendo al catalán contra la opinión de muchos, dentro y fuera del club. Y en esta segunda etapa, a la que ha podido decidir ha vuelto a dar en el clavo con Hansi Flick.

Al alemán, de hecho, ya le quería el presidente cuando ganó las elecciones en marzo de 2021, pero Flick tenía ya un compromiso con la federación de su país.

Y siendo imposible, otra vez, pensar en él cuando decidió despedir a Koeman se vio abocado por la presión popular a dar el puesto a Xavi. La elección de Flick se ha demostrado un acierto mayúsculo, rompiendo con el ánimo depresivo que rodeaba al club, devolviéndole la alegría futbolística e incluso ganando tres títulos que al comenzar el curso se entendía una auténtica quimera.

Más cruyffista que guardiolista, el entrenador germano ha devuelto la alegría, confianza y hasta euforia a una hinchada que se ha volcado con el juego de un Barça que no deja indiferente a nadie. Y por más que Laporta traslade a Deco el elogio por el fichaje... A nadie escapa que es él, en primera persona, el verdadero artífice de la contratación de Flick, que tras celebrar el triplete de títulos renovó su contrato.

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Laporta y Xavi, el pasado 25 de abril cuando se anunció la continuidad del técnico. EFE

Las despedidas de Koeman y Xavi

Sin entrar a valorar la necesidad, o no, de despedir a dos personajes capitales en la historia del club durante su etapa de futbolistas, lo que es evidente es que Laporta no supo gestionar sus despidos.

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Cuando el Barça de Koeman conquistó la Copa del Rey en 2021 el presidente no le aseguró su continuidad tras acabar el curso y entonces, en el verano de aquel año, le mantuvo en el aire hasta entender imposible hallar un sustituto que le convenciera.

Y a la hora de despedirlo, en octubre de aquel año, las formas no fueron para nada las más correctas con un héroe del barcelonismo, que llegó a verse amenazado por algunos exaltados a la salida del Camp Nou.

¿Xavi? Un rompecabezas o un sinsentido. Si antes de su llegada Laporta no lo consideraba preparado, al llegar se volcó con él, se puso las medallas al ganar la Liga y acabó dejándolo caer primero y sentenciándolo después, cuando Xavi había cambiado de opinión. Pasó de apoyarlo a sentenciarlo, sin más.

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Messi, en la conferencia que marcó su adiós del Barcelona Getty Images

La marcha de Messi

Sigue siendo, a pesar de todo y de todos, una herida sin cicatrizar y puede considerarse, desde un punto de vista social, la decisión más controvertida y/o error más destacado de la presidencia de Joan Laporta, quien se apoyó en el argentino para asegurarse su victoria electoral en marzo de 2021 y cinco meses después no le renovó su contrato.

Messi, al menos de cara a la galería, en cuanto a la opinión pública, siempre se mostró convencido de seguir en el Barça, por más que en el entorno fuera creciendo la duda respecto a poder encajar su salario.

El presidente, además, siempre aseguró que las conversaciones con los agentes/padre del crack argentino "van por buen camino". Y, de repente, el 5 de agosto de aquel mismo año el club comunicó que Leo Messi no seguiría en el club.

Entre lágrimas el astro de Rosario aseguró que "nunca" recibió desde el club una propuesta para rebajar su salario ni, tampoco, para ayudar con esa disminución. Explicó que, simplemente la junta directiva no había dado los pasos necesarios para asegurar su permanencia.

ACIERTO

Lamine Yamal, del Barcelona, celebra su gol ante Villarreal en partido de LaLiga. EPA/Toni Albir

La renovación de Lamine Yamal

No podría pensarse otra cosa a la vista de su excelencia futbolística y por más que pase a convertirse, siendo aún juvenil, en uno de los futbolistas mejor pagados de la plantilla, la continuidad de Lamine Yamal es una excelente noticia para el Barça y un acierto a computar en Laporta.

El Barça le pagará un salario de crack, pero siempre será menor del que podría recibir en otros clubs europeos (Manchester, París) y se entiende que su permanencia y renovación hasta 2031 la ha arrancado Laporta gracias a sus dotes de persuasión.

¿Que Lamine Yamal quería seguir en el club? Eso es más que probable, pero a la vista de las cifras que se mueven en el mercado Laporta fue, ha sido, rápido de reflejos para evitar algún susto. No hay necesidad de hacerlo.

No está de más recordar que en 2017 Neymar también habría preferido seguir en el Barça o que veinte años antes, en 1997, Ronaldo Nazario recibió llorando la noticia de que debía abandonar el club.

ACIERTO

Obras Camp Nou

Entre la osadía y la necesidad, una de las primeras decisiones que tomó Joan Laporta fue la de llevar a la práctica la necesaria (urgente) remodelación del estadio azulgrana, cuya estructura se afirmó peligrosa en diversos informes encargados por la directiva.

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Se aceleraron los permisos, se cambiaron algunas localizaciones futuras y el 28 de mayo de 2023 (se cumplen dos años) se jugó el último partido en el Camp Nou antes de marchar al exilio de Montjuïc, donde el primer equipo ha completado dos temporadas mientras se desarrollan unas obras que se deben acabar (ya con el conjunto de Flick de regreso) durante el tercer trimestre de 2026.

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Opacidad con las obras

Cuando el club anunció la marcha al estadio Olímpico de Montjuïc se informó que éste se prolongaría durante 15 meses, dando por hecho que se volvería al recinto de Les Corts en noviembre de 2024, coincidiendo con el 125 aniversario de la fundación de la entidad... Pero a medida que avanzaron los meses se entendió imposible cumplir ese plazo. Ni el puesto después de diciembre, ni enero de 2025, ni abril.

Hubo ruedas de prensa con discursos grandilocuentes pero sin la transparencia prometida y así hasta completar dos temporadas lejos del Camp Nou. No es la única crítica en este asunto. Para dirigir la remodelacion la junta designó a una empresa turca, Limak, para sorpresa de todo el mundo. Una compañía sin experiencia en obras de este tipo en estadios del tamaño del Camp Nou y se argumentó su elección tanto por el precio a pagar como por los plazos de entrega y las compensaciones a recibir en caso de no cumplir esos plazos.

De hecho, Laporta en persona declaró solemnemente que por cada día de retraso en la entrega de la primera parte de la obra (noviembre/diciembre de 2024) la empresa turca debería pagar un millón de euros de multa. Algo que, obviamente, ni ha ocurrido ni ocurrirá. Tampoco explicó la junta la decisión de trasladar unos palcos VIP al final del segundo anillo del nuevo estadio, motivando con ello que los abonados de las primeras filas del tercer anillo vean desplazados sus asientos más arriba, con el fastidio que ello representa.

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